Quienes llevamos algún tiempo andando en moto sabemos lo difícil que es andar en grupo y mantener el orden. Muchas veces incluso se corren riesgos innecesarios por inexperiencia o porque a algunos les gusta llamar la atención.
Para evitar esos inconvenientes y no poner en juego la seguridad, existe una serie de recomendaciones y las más comunes son las siguientes:
Siempre que se sale en grupo es bueno nombrar un capitán de ruta, que será el responsable de guiar al resto. Él irá adelante y decidirá el camino que tomará la caravana, la velocidad y dirá cuándo hay que parar. También debe designar a la persona que irá al final.
Por lo tanto, el capitán de ruta no es un cargo que se deba tomar a la ligera, ya que requiere un trabajo y análisis previo. Por ejemplo, debe estudiar muy bien el recorrido que realizarán y en lo posible llevar un mapa (en caso que sea la primera vez que realiza ese viaje).
También debe saber muy bien dónde y cada cuántos kilómetros encontrarán una estación de servicio para recargar combustible.
En definitiva debe velar por la seguridad del grupo.
La persona que el capitán de ruta designa para ir al final de la caravana es vital, ya que serán sus ojos en la espalda, y evitará que alguien se quede rezagado o se pierda. Además, es el encargado de observar a quién tiene menos experiencia para luego establecer el ritmo de acuerdo a ese motociclista (para no forzarlo a hacer más de lo que realmente puede).
Aunque algunos podrán decir que es obligación de cada persona saber hacía donde irá o dónde cargará bencina, la experiencia indica que lamentablemente no siempre es así (sobre todo en grupos donde la mayoría no acostumbra salir o porque son novatos en el mundo de las motos).
En movimiento
Al salir de la ciudad, el capitán de ruta no debe olvidar que detrás de él van otros motociclistas. Por lo tanto, si a mitad de cuadra ve que un semáforo ya ha estado bastante tiempo en verde, es obvio que cuando esté por llegar a la esquina cambiará. Así que debe tratar de controlar su velocidad para que el rojo cambie justo cuando vaya llegando, y así se detengan todos juntos.
Muchas veces sucede que el capitán de ruta se apura y logra cruzar sólo con algunos, mientras que el resto queda parado. Evidentemente eso corta la caravana y a veces a los que alcanzaron a cruzar el tránsito los obliga a continuar, perdiendo completamente al resto del grupo.
Al tomar la carretera pareciera que los problemas de coordinación desaparecen, pero no es así. En caminos donde no existe la doble vía nos encontramos con una situación similar a la del semáforo. Esto quiere decir que el capitán de ruta debe saber perfectamente cuándo adelantar, de manera que todos lo logren y no quede un auto o camión entre ellos.
En lugares con doble pista, al adelantar es aconsejable que el último del grupo sea el primero en cambiarse de carril. De esta forma bloqueará de manera más segura la pista para evitar que otros vehículos se mezclen con el grupo.
Señales
Aunque existen muchas señales ampliamente conocidas, es importante recordarlas antes de salir. Así, el capitán de ruta podrá comunicarse con los demás de manera más fluida. Por ejemplo, para realizar una parada de emergencia.
Al detenerse para recargar combustible, lo mejor es que todos lo hagan. Muchas veces sucede que alguno se confía demasiado de la autonomía de su moto, y pocos kilómetros más adelante obliga al grupo a detenerse para recargar.
Para mantener una caravana ordenada, lo mejor es establecer desde el principio la ubicación de cada uno, fijar la distancia entre motos y la forma de rodar. Lo ideal es ir en forma de zigzag, es decir, uno por la derecha y otro por la izquierda en la misma pista. Así, tendremos espacio para realizar maniobras, sin el temor de pasar a llevar a otra moto por ir al lado.
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